Llega una nueva reclusa, y otra se prepara para salir. Drea, la agitadora, se mete con Noonie y Monstruo, una dupla muy unida, y la venganza está a la orden del día.
En esta cárcel, las tuberías de los inodoros cumplen varias funciones, aparte de las obvias, como facilitar el contrabando y ayudar a entablar relaciones amorosas.
Monstruo relata la estremecedora historia de su relación con su ex, y Jay sufre una pérdida. Mientras, los reclusos siguen buscando el amor en los inodoros equivocados.
Las pasiones desbordan, igual que las tuberías, y las mujeres lidian con las consecuencias. Katrina defiende a Blanca en una pelea por provisiones, la raíz de todo mal.
Dos amantes se reencuentran. Mientras, Noonie se mete con el tipo equivocado y se gana una horda de enemigas, y el despecho de Katrina desata el drama en un inodoro.
Con el encierro, los sentimientos se intensifican: algunas pelean; otras se casan y otras lidian con despedidas. Entretanto, Tayler se enfrenta a su sentencia.
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